sábado, 23 de julio de 2011

miércoles, 20 de julio de 2011

EN BÚSQUEDA DE LA TIERRA PROMETIDA


Miss Mime

“Debes saber que tus descendientes vivirán en un país extranjero, y allí serán esclavos, y que serán maltratados durante cuatrocientos años. Pero yo también castigare a la nación que va a hacerlos esclavos, y después tus descendientes saldrán libres y dueños de grandes riquezas.”   Génesis 15, 13-15.

La graduación, es el capítulo que concluye el esfuerzo económico e intelectual de al menos un lustro; en aquella formal ocasión, los graduandos y sus familias creen haber llegado a la cúspide del éxito. Esta solemne ceremonia, suele transcurrir en escenarios pomposos, en los que cientos de hombres y mujeres desfilan con togas y birretes, en medio del júbilo del público, colmado de parientes engalanados con trajes formales.

Sin embargo aquella centelleante y efímera felicidad que produce la graduación, se transmuta con prontitud en angustia, aquellos rostros sonrientes adquieren un ademán de preocupación, cuando la tarea de ingresar al mercado laboral se convierte en una empresa titánica.  Aquel cúmulo de profesionales saliendo del abarrotado teatro, acaban de iniciar su travesía hacia la tierra prometida.

Aquel añorado lugar, es una promesa recurrente en las vísperas electorales; está figura ficticia suele ser una efectiva estratagema para captar la atención de los votantes incautos. En la campaña presidencial del año 2010, figuraron algunas propuestas de la actual administración que parecían ser extraídas de un relato de Lewis Caroll, algunas de ellas planteaban la generación de mínimo 2’400.000 empleos, la reducción total de la informalidad y la equidad de oportunidades laborales para mujeres, jóvenes, personas mayores y grupos étnicos.     

Según el último reporte del DANE, la cifra de desempleo en mayo de 2011 fue 11,3%, frente a 12,1% del mismo mes de 2010, aunque este porcentaje “evidencia” la disminución de la desocupación con relación al año anterior, dista considerablemente del exorbitante número anunciado durante la pugna por la presidencia.

Sin embargo la ciencia estadística solo revela una sección superficial y gélida de la realidad, e ignora el drama de la población desempleada ante la escasez de oportunidades, en especial de aquellos que están en búsqueda de su primer empleo. 

Los intrincados obstáculos que debe enfrentar un recién egresado para el hallazgo de un trabajo son innumerables; quizás el mayor desafío, sea lidiar con las avasallantes exigencias de las empresas – sean del sector público o privado-, que están tras la huella de profesionales jóvenes, con una amplia trayectoria laboral, capaces de soportar la alta inestabilidad laboral y se conformen con recibir como remuneración un pago que en ocasiones solo alcanza para solventar los gastos de transporte.     
        
Aquella desilusión que provoca el desempleo, la poca estabilidad laboral y los bajos salarios, genera en los jóvenes el “síndrome del gitano”, un curioso afán por emigrar de la ciudad intermedia a la capital, o viceversa, en busca de la anhelada “Tierra de las oportunidades”. Esta odisea es equiparable a la emprendida por los descendientes de Abraham en aquel árido desierto, una búsqueda plagada de precariedades, en medio de un entorno hostil y  desesperanzador.

Pronto, la ilusión de hallar aquel oasis prometido por el gobierno, se esfuma. Lo único que resta para aquel cúmulo de egresados errantes es continuar divagando por el vasto territorio nacional, en busca de la codiciada “Patria prometida”.    

martes, 19 de julio de 2011

jueves, 7 de julio de 2011


¿QUÉ REPOSA DENTRO DE LA MENTE DE HERNANDO?

Miss Mime

Hay damiselas que sin duda alguna inspiran una melancolía similar a la de un camino sombrío; rostros perturbados por la tristeza inconmensurable que causa la indiferencia y el desamor.   
Dorotea, era el nombre de aquella fémina que habitaba en la única casa purpura de la calle 26, su rostro era blanco y perfecto como el alabastro pulido, poseía centelleantes ojos color canela y un velo de hermosura que cubría todo su ser.      

Desafortunadamente, no hay tan fugaz y engañosa flor como la apariencia exterior; al parecer  su despampanante belleza encubría su escasa inteligencia. Dorotea, se dejó cautivar por la retórica de Fernando, un hombre de baja ralea y apariencia tosca. La saeta del amor y el poco conocimiento de la conducta masculina, la condujeron a una senda miserable y oscura, a la que solo llevan el maltrato y el menosprecio.  

El sagrado vínculo del matrimonio sería el grillete que la encadenaría al hogar y a su esposo; aquella mujer fue víctima del maltrato físico, verbal y sexual por parte de aquel despreciable sujeto, la dependencia económica que en un inicio parecía ser una tentadora oferta para la joven, se transformó en un yugo asfixiante con el transcurrir de los años.
“La triste historia de Dorotea y su esposo desalmado”, o “Las desdichas de la chica del ojo morado” recorrieron todos los corredores del pueblo; las mujeres del lugar se deleitaban tejiendo habladurías alrededor del sufrimiento de aquella dama, e inventaban detalles adicionales al relato, con el objetivo de enmarañar el melodrama que envolvía la existencia de aquella señora.

Aquellas hablantinosas criaturas se  afligían ante los males y desgracias que aquejaban a la desdichada Dorotea, sin embargo su hipocresía les permitía disimular el sufrimiento que las perturbaba en sus moradas: infidelidad, maltrato, desdén y humillación. La historia de Dorotea era pública, pero en aquella infeliz villa se repetían tragedias similares en la privacidad del hogar, relatos rodeados por el silencio frío y sepulcral.       

Un sábado lluvioso de noviembre, decidí regresar al pueblo con el propósito de visitar a mis padres. Mientras caminaba hacia casa, tuve el infortunio de encontrarme con Victoria, la madre de Dorotea. Durante un breve monologo aquella anciana mujer se lamentó por la desgracia de su hija y se preguntaba incesantemente: ¿Qué podría haber ocasionado tales disgustos a Fernando?, o ¿En qué me habré equivocado en la educación de Dorotea?

Con el objetivo de finiquitar aquel lastimero drama, respondí a sus preguntas con algunas apreciaciones personales - Señora Victoria - Tal vez, el error fue inculcarle desde su infancia una devoción especial al género masculino. Usted, le ha susurrado durante toda su existencia, que el rol de la mujer en el  matrimonio es estar subyugada a la voluntad de su esposo.- Al escuchar mi respuesta, la anciana me miro con desconcierto y se marchó con rapidez.

El sufrimiento de Dorotea, demuestra que el amor puede ser pernicioso; el hombre amado puede llegar a ser el más cruel de los verdugos, y la ignorancia, el pábulo para funestas desgracias. La educación, es nociva cuando enseña a los individuos a avasallarse ante otros, y las comunidades cobardes, son baúles malditos que guardan las desgracias de los  desafortunados.